La proteína aislada de chícharo es básicamente el alma del guisante amarillo: se le quita todo lo que no es necesario como el almidón y la fibra y se deja solo lo bueno, la proteína pura, limpia y poderosa. No tiene gluten, soya ni lactosa, así que es ideal para casi cualquier persona. Y cuando la pasamos por un proceso llamado extrusión, logramos una textura que se siente como carne: jugosa, fibrosa y perfecta para tacos, fajitas, guisos o bowls. Pero más allá de cómo se ve o sabe, esta proteína está ganando fama porque es buena para ti y para el planeta.
El gluten de trigo, también conocido como seitan cuando se cocina, ha estado con nosotros desde hace miles de años. Civilizaciones como la china y la japonesa ya lo usaban como fuente principal de proteína vegetal mucho antes de que existiera la palabra "veganismo". Es básicamente la parte proteíca del trigo: se separa del almidón y se convierte en una masa elástica y firme, ideal para replicar carnes como bistec, barbacoa o fajitas. Y lo mejor es que nuestro gluten es orgánico, libre de OGM y completamente limpio —sin aditivos, sin conservadores y sin procesos industriales agresivos.
La proteína de soya texturizada ha sido una de las protagonistas de la cocina plant-based desde hace décadas. Se obtiene a partir de la soya desgrasada, que se prensa, se deshidrata y se transforma en trozos, tiras o granos listos para hidratar y cocinar. Tiene un alto contenido de proteína completa, es rendidora, económica y, si está bien elaborada como la nuestra, no sabe a nada raro, lo que te da libertad total para sazonarla y convertirla en cualquier platillo que se te ocurra.